miércoles, 22 de agosto de 2012

Normalmente, cuando una tiene que estar feliz , simplemente es feliz. Yo, en tonces, no soy nada normal.

El martes logre cantar, soltarme. Canté timida la primera vez. La profesora me dijo, bueno ahora de nuevo 

pero posiciona te como una mujer, no cantes como una nena. Y tuve una idea, que al parecer fue genial

Me cree un personaje en mi cabeza.

Y largue el "me miras diferente" de una manera tan segura, tan fuerte y bien estaba cantando, algo que queria

hace meses. Y continue cantando,

mi cabeza me ponía delante de un microfono, con todo el publico mirandome. 

Y lejos estaba de sentirme plena y feliz. 

Canté varias veces hasta que nos dimos cuenta que no podía seguir. No me animaba a respirar profundo. 

De hecho, si lo hice, después de escuchar a la profesora preguntarme "te sentís agotada mental y

físicamente, no? como si te hubieran cagado a palos?" 

Yo entre mil quinientas respiraciones cortas dije, si. No puedo respirar profundo porque lloro.

Y así fue cuando me sente en el sillón para darle lugar a mi amiga a cantar.  

Y lloré, no podía parar, era cual protagonista de la película que sufre el fallecimiento de alguien. 

Me mareé, senti que casi me desmayaba. 

Es raro, se  siente como algo lindo y feo a la vez. 

Tuve el queridísimo desbloqueo emocional que me frenaba a cantar y ahora

no se que hacer con tanta emoción suelta


No hay comentarios:

Publicar un comentario